Escucho bastante radio cada día, es un compañero inseparable en mis trayectos diarios en coche, y sobre todo, en la oficina. Y sobre todo escucho Europa FM, donde aparecen lógicamente anuncios radiofónicos.
Dentro de la promoción por radio, me llaman la atención varios anuncios que están actualmente en la emisora que más escucho, y que son ejemplos creo que no me gustan de publicidad por radio:
- Hay un producto supuestamente para estimular la líbido cuyo nombre no voy a reproducir, a quienes le aseguran propiedades cuasi-milagrosas. Por supuesto, no es un medicamento, sino un complemento alimenticio, denominación que evita cualquier regulación al mismo. Pero lo que anuncian los dos protagonistas es que no sólo funciona, sino todo un lujo de detalles de lo bien que va para las relaciones íntimas, que ríete del viagra. No entiendo cómo no mete mano alguien de autorregulación, o así para eliminarlo por completo. Lo mejor es que «no se vende en tiendas», lo cual es sinónimo inmediato de que no es eficaz, sólo es un efecto placebo. Con todo, es un anuncio tan patético que te partes al escucharlo (en realidad son dos anuncios diferentes).
- Sigamos con los complementos, hay varios anuncios de «doctor, mi hijo no come» o «me encuentro cansado» ante lo cual el ‘doctor’, como si fuera en plena consulta, le recomienda unas ampollas de un producto que sí se vende en farmacias (mira, ya mejoramos) y seguramente también «complemento alimenticio».
- Una empresa que «ganan recursos contra multas». Los argumentos dados no son nada convincentes, y en la práctica es lo mismo que ya ofrecen nuestros habituales seguros. Quizá sean más especializados pero…. pena no tener el anuncio y sacáis vuestras propias conclusiones.
- Otra empresa del mismo grupo que la anterior que pelean con uñas y dientes con los bancos para que te refinancien las deudas. Las primeras veces que lo oí me parecía una empresa de buen rollo, diferente a las oficinas privadas que ofrecen financiación, pero enseguida me di cuenta que es lo mismo, pero lo venden publicitariamente de otra manera, de una forma muy hábil y que hay que alagar su creatividad. Respecto a estos servicios, pudieran venir muy bien, pero se dice que cobran unas comisiones de apertura y cancelación muy altas, ese es su modelo de negocio, por suerte no he tenido que mirarlas.
- Los anuncios locales son penosos. No sólo con tres locutores de anuncios los hacen todos, así que en el mismo bloque de anuncios oyes la misma voz enlazando un anuncio de lencería con otro de cochinillo y seguido otro de muebles, lo cual da bastante pena. También los argumentos dados son penosos, ojalá algún día grabe el de un fotógrafo local donde sueltan un ¿Qué crees? totalmente fuera de contexto con una pausa en medio. O el anterior del mismo locutor donde empieza diciendo «shopping en London o París»… hasta que entra en vereda y es sólo para quienes celebran su convite de boda en cierto restaurante, que hubiera empezado por ahí. Lo peor es la voz «angelical» que tiene el muchacho.
- Los cursos de formación sobre Graduado en E.S.O., ……… si consigues tu graduado en ESO ya tienes vía libre para trabajar de cualquier cosa, todos se van a pelear por contratarte (/IRONÍA).
- Otros cursos de formación, justo al poco de estallar la burbuja inmobiliaria seguían anunciando el de Técnico en Construcción, que según sus estudios iba a ser en pocos meses una profesión muy demandada………….. qué lumbreras sacacuartos!
- Y otra cosa que da pena es ciertos anuncios que dan directamente los locutores… hay alguno que ‘canta’ goles y a continuación te vende puros (y vendería a su abuela si ésta se dejara), pero queda de lo más penoso.
Entiendo que cada cual vive de lo que puede, y más ahora con la fuerte caída de ingresos publicitarios, pero hay algunos de estos anunciantes que creo no dicen la verdad a sus clientes, con lo cual resta credibilidad a la emisora que los da. Y en muchos de los anteriores casos, creo que autorregulación ha retirado anuncios televisivos por una décima parte de lo que se oye por radio, aunque siguen dejando manga ancha a ciertos anuncios de TV de juzgado de guardia, y a uno muy reiterado con argumentos falsos o al menos muy discutibles se refiere.
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